GANDOLFINI


Dice el actor Paco León en una entrevista publicada en la revista Cinemanía del mes de agosto de 2013 que ahora “la gente tiene la nariz así y se la quiere poner asá, cuando yo creo que hay que ser lo más particular posible”. James Gandolfini lo era, era particular; desde luego no se confundía con otro. Su físico en realidad era el de una persona normal, no era el “cachas” depilado de melena al viento, nariz griega y heroico mentón ni nada por el estilo. ACTOR con mayúsculas es lo que sí era. Transmitía más una mirada suya que muchos otros con dos horas de interpretación. Un gordo calvorota que consiguió que nos cayera bien el gánster que interpretaba y de paso su hortera familia de nuevos ricos, Los Soprano. Un actor de gran envergadura, no sólo física, que consiguió salirse de un papel de los que encasillan de por vida pero por el que siempre será recordado.

Su muerte a los 51 años por un infarto, mientras pasaba unos días en Italia parece un digno epílogo a la excelsa serie de la HBO. Se encontraba en Roma a la espera de un merecido homenaje en el Festival de Cine de Sicilia, dicen las lenguas, no sé si buenas o malas, que después de una buena comida acompañada de abundante vino y varias copas. Por lo menos disfrutando de los placeres de la cocina italiana.

Se ha destacado de James Gandolfini su generosidad. Es lo que se suele decir de todos los que fallecen, pero en este caso parece ser que se cumplía. Su economía no era muy boyante en sus primeros tiempos como actor, él mismo contaba que al principio de su carrera, cuando se tenía que mudar, le bastaba con llevar las dos bolsas que contenían todas sus pertenencias. Y cuando triunfó repartía colmadas propinas y dejó toda su fortuna, un par de propiedades, unos 70 millones de dólares, muy bien repartidas entre sus dos hijos.  En su testamento ha dejado dispuesto que los dos hermanos Gandolfini accedan a su fortuna a la mayoría de edad y que mantengan la casa que tenía en Italia como recuerdo de sus orígenes. El mayor de 13 años es el fruto de su primer matrimonio y fue el que lo encontró en la habitación del hotel, menudo trago, mientras que su hija pequeña, de apenas un año, la tuvo con su segunda esposa a la que también ha dejado su buen dinero.  Y tampoco se ha olvidado de sus fieles asistentes y amigos a los que ha dejado una pródiga cantidad de dinero.

                                      Recogiendo uno de sus numerosos premios.

Cuando hizo las pruebas para actuar en Los Soprano pensaba que no le iban a seleccionar para el papel por su físico. No fue así y se ha convertido precisamente es uno de los rasgos de Tony. Contaba que cuando leía los primeros guiones de la serie, le llamaba la atención el humor, negro, que contenían. En dichas historias tenían que recordar al espectador de vez en cuando que se trataba de criminales, con actos propios de ellos, para que no simpatizáramos demasiado.


Yo descubrí la serie a través de un artículo de Javier Marías en el que contaba cómo estaba sin dormir por culpa de ese personaje que decía todo lo que pensaba en cualquier momento, tanto en la consulta de su psiquiatra la doctora Melfi, la excelente Lorraine Bracco, como en todo tipo de situaciones. Se había comprado la última temporada y se había visto un episodio detrás de otro sin importar la hora. Un maratón de Soprano que yo también me hice, tras empezar a verla por la tercera temporada, que ponían en Canal Plus, y comprar las dos anteriores. Un atracón de una serie en la que cada capítulo parece una película.


Yo me acuerdo de que antes había diferencias entre cine y televisión. Notabas enseguida por la factura, más barata, que estabas viendo un episodio para la pequeña pantalla. Y también por la falta de ritmo en muchos de los guiones, que parecían fotocopias unos de otros.  


Y es que James/Tony tiene la culpa de que empezara la edad de oro de las series de televisión que estamos viviendo.








Recogiendo otro premio de manos de Julia Roberts con la que también compartió película, The Mexican.
Con su segunda mujer y su hijo.

Con Brad Pitt trabajó en dos ocasiones, The Mexican y Killing Them Softly (Matalos suavemente) Abajo en el estreno de esta última.




Con el genial Steve Van Zandt, interprete de Silvio en la serie y además guitarrista de la E Street Band de Bruce Springsteen.

     Con Kristen Stewart en Welcome to the Rileys (2010)

The Incredible Burt Wonderstone (2013) con Steve Carrell.

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